Auditar tu propio proceso de selección puede sonar innecesario si los resultados te acompañan. Pero si algo nos enseña este oficio es que los buenos resultados no siempre son sinónimo de buenos procesos.
A veces cierras vacantes rápidamente, pero con candidatos que rotan al cabo de unos meses. O entregas shortlist impecables… pero sin saber muy bien por qué un perfil gustó más que otro. Y mientras tanto, el volumen crece, el mercado se vuelve más exigente, y el margen de error se reduce.
En recruiting, trabajar bien no es suficiente. Hay que trabajar con método y, para eso, hace falta revisar de vez en cuando cómo lo estás haciendo.
Este artículo es una guía para recruiters senior, equipos de selección interna o consultoras que quieran consolidar una forma de trabajar más robusta, replicable y orientada a resultados reales en el que encontrarás preguntas clave para que evalúes con honestidad si tu proceso actual está a la altura de los desafíos del mercado.
Auditar no significa buscar culpables ni criticar lo que “no funciona”. Significa preguntarte si el sistema que estás usando hoy… te sirve para los retos de mañana.
Y eso solo lo puedes responder si tienes criterios. Por eso, este checklist está diseñado para ayudarte a evaluar tu práctica profesional en seis áreas clave: desde la definición inicial del perfil hasta la consistencia metodológica, pasando por entrevistas, evaluación y puntos ciegos operativos.
Tómatelo como un ejercicio de autodiagnóstico profesional que puede ayudarte a mejorar resultados, formar equipo, ganar autoridad o simplemente trabajar con más confianza y coherencia.
Todo proceso empieza con una necesidad. Pero no todas las definiciones de perfil responden bien a esa necesidad.
¿Tienes claro qué objetivo de negocio está detrás de esa contratación?
¿Conoces los indicadores de éxito del rol (no solo funciones o requisitos)?
¿La definición del perfil ha sido validada por los decisores clave?
¿Refleja las condiciones reales del mercado (salario, disponibilidad, competencia)?
¿Incluye criterios observables y no solo atributos vagos (“proactivo”, “flexible”, “líder”)?
Recuerda que una buena definición del puesto luego se traduce en el marco de decisión.
Es habitual que el briefing recoja mucha información, pero no esté diseñado para ayudarte a tomar decisiones.
Un buen briefing filtra, enfoca y anticipa objeciones:
¿Te permite priorizar entre candidatos?
¿Incluye trade-offs explícitos (ej. seniority vs. potencial)?
¿Está alineado con las preguntas clave de la entrevista?
¿Has contrastado lo que el cliente dice que busca con lo que realmente necesita?
Si tu briefing no sirve como hoja de ruta durante el proceso, probablemente necesite una revisión.
Aunque haya quien discrepe, seleccionar talento no es una cuestión de feeling. Es un proceso de toma de decisiones bajo incertidumbre. Y como tal, necesita un sistema.
¿Tienes criterios homogéneos para evaluar a todos los candidatos?
¿Registras de forma sistemática tus impresiones y observaciones?
¿Diferencias claramente entre datos (hechos), inferencias (interpretaciones) y juicios?
¿Puedes justificar con evidencia por qué descartaste a unos y avanzaste con otros?
La coherencia, a parte de protegerte frente a sesgos, también refuerza tu credibilidad ante el cliente.
Una entrevista bien diseñada sirve para validar hipótesis, descubrir riesgos ocultos y recoger información accionable:
¿Estás utilizando preguntas situacionales y basadas en comportamiento (SBI, STAR, etc.)?
¿Exploras experiencias comparables a las del rol, no solo éxitos pasados?
¿Evalúas tanto competencias como motivación y encaje cultural?
¿Te permite la entrevista tomar decisiones informadas y defendibles?
Puedes ser excelente como recruiter individual. Pero si tu proceso depende de tu tiempo, tu memoria y tus notas personales, es difícil escalar.
¿Tienes documentación o plantillas estándar para cada etapa?
¿Tu CRM o ATS refleja bien lo que haces en el día a día?
¿Tienes visibilidad sobre tus principales cuellos de botella?
¿Podrías incorporar a alguien en tu equipo y enseñarle tu forma de trabajar?
El criterio profesional se entrena, sí, pero la metodología se construye.
Dice el dicho popular que lo que no se mide no se mejora. Pero lo que se mide mal… se puede empeorar.
¿Tienes indicadores de calidad del proceso (beyond time-to-fill)?
¿Haces seguimiento post-incorporación?
¿Detectas patrones de éxito o fracaso en función de fuentes, sectores o fases?
¿Has revisado recientemente qué indicadores realmente necesitas?
Los datos, por sí solos, no son más que señales. Pueden mostrar tendencias, señalar anomalías o confirmar hipótesis, pero no toman decisiones ni mejoran procesos por sí mismos.
En realidad, lo que marca la diferencia es la capacidad de analizarlos con criterio, identificar patrones relevantes y traducirlos en acciones específicas.
Auditar tu proceso es una de las herramientas más potentes que tienes para mejorar como profesional del recruiting. No solo para resolver errores, sino para profesionalizar tu práctica, afinar tu criterio y construir una forma de trabajar que te diferencie en el mercado.
Y si lo haces acompañado, el valor se multiplica.
En AEBYS, lo profesional también se entrena en comunidad. Trabajamos para que los profesionales del recruiting puedan mejorar juntos y, por eso, más allá de eventos y formaciones, compartimos recursos que te ayudan a mejorar tu práctica diaria.
Si quieres profesionalizar tu práctica y rodearte de quienes ya están elevando el estándar de la selección en España, hazte socio/a de AEBYS.
Descubre todo lo que puedes hacer con nosotros.
@All rights reserved by Timtul Technologies & Pi del Campo. 2018
Comentarios