Todos llevamos nuestro propio ritmo en la vida, y no todos florecemos al mismo tiempo. Algunas personas tienen claro lo que quieren ser de mayores a una edad temprana, mientras que otras pueden descubrir sus verdaderas pasiones o habilidades más tarde en la vida, incluso habiendo iniciado ya su carrera profesional.
Si alguna vez has sentido que te has quedado atrás o que te has perdido de algo, este artículo es para ti. Hoy vamos a hablar de los "Late Bloomers".
El término "Late Bloomer" proviene del inglés y se podría traducir como “Flor Tardía”.
Hace referencia a aquellas personas que descubren y desarrollan su talento más tarde en su ciclo vital en comparación con lo que se considera "normal" o "típico".
Vivimos en una sociedad que, ya sea por cultura o costumbre, tiene expectativas preestablecidas sobre cuándo deberíamos alcanzar ciertos hitos en la vida: graduarse, conseguir un buen empleo, casarse, tener hijos, etc.
Pero, ¿qué pasa si tu cronograma personal no coincide con ese calendario “estándar”?
Estas personas, en lugar de seguir el camino que la gente espera de ellas, siguen su propio ritmo, descubriendo lo que de verdad quieren ser en etapas más avanzadas de la vida.
Mientras que hay individuos que, motivados por claras vocaciones, deciden su camino profesional o personal en la adolescencia o durante la veintena, los Late Bloomers suelen tener un proceso de autodescubrimiento que puede manifestarse en sus treinta, cuarenta, o incluso más allá, cómo veremos más adelante.
¿Este florecimiento tardío es causado por falta de disciplina o indecisión? Para nada. De hecho, es más bien al revés: es un claro ejemplo de la evolución continua y del potencial que todos llevamos dentro, esperando el momento adecuado para surgir.
Ser un o una Late Bloomer no es solo cuestión de edad. Estas personas también poseen una serie de características que las definen e identifican. Veamos cuáles son:
Descubrimiento tardío de habilidades: No es fácil saber lo que se te da bien en la vida, y mucho menos averiguarlo a la primera. Los Late Bloomers encuentran su verdadera capacidad después de haber transitado por diferentes caminos.
Persistencia: A pesar de las dificultades o de las opiniones de los demás, siguen buscando lo que realmente les apasiona.
Resiliencia: Adaptan sus experiencias previas y aprendizajes para enriquecer su nueva dirección.
Visión única: Al tener una amplia variedad de experiencias, pueden ofrecer perspectivas frescas y diferentes en su campo de interés.
Según Raquel López, autora de “Guía de gestión emocional” , el concepto Late Bloomers en sí mismo una revolución porque estas personas no se limitan a seguir lo esperado por su edad y “se permiten experimentar, fallar y encontrar su vocación a una edad más tardía de lo socialmente esperable”.
Lejos de ser un hándicap, es esencial reconocer que este florecimiento tardío trae consigo una serie de ventajas únicas que no solo les proporcionan una base sólida en su nueva dirección, sino que también les ofrecen un conjunto de herramientas y recursos que no todas las personas poseen:
Amplia experiencia: Los Late Bloomers tienen una gran variedad de habilidades y conocimientos que han ido adquiriendo a lo largo de los años, lo que les ayuda muchísimo a estabilizar las bases de su nuevo camino.
Madurez emocional: Porque han enfrentado desafíos y han aprendido de ellos.
Red de contactos: Al haber transitado por diferentes etapas, tienen una red diversa de contactos que les permite acceder a más oportunidades, aumentando así las posibilidades de colaboración.
Pese al carácter revolucionario y la visión positiva, no hay que olvidar que vivimos en una sociedad con unos cánones preestablecidos. De hecho, nuestra cultura actual valora la inmediatez, no solo en cuestión de servicios, ocio y tecnología, también a lo que se refiere el desarrollo y logros personales.
¿Cuántas veces se le pregunta a los niños qué quieren ser de mayores?
Ser Late Bloomer no es fácil, y estos son los principales retos a los que se deben enfrentar:
Comparaciones con los demás: Vivimos en un mundo donde se nos suele comparar con los estándares "normales" de éxito. Salirse del camino te hace diferente, y lo desconocido, a menudo, da miedo.
Inseguridades: También es normal que surjan sentimientos de haber "perdido el tiempo".
Adaptarse a un nuevo campo: No nos engañemos, adaptarse a una nueva industria o sector no es sencillo. No tanto por los límites personales, si no por la reticencia de los demás.
¿Sientes que eres un Late Bloomer y que tu barco ya zarpó? Entonces, déjanos inspirarte con algunas de las “flores tardías” más famosas, cuyo éxito profesional despegó mucho más tarde de lo socialmente aceptable:
Vera Wang: Antes de convertirse en una de las diseñadoras de moda más icónicas, Wang fue editora de moda y no comenzó a diseñar vestidos de novia hasta los 40 años.
Stan Lee: Aunque trabajó en cómics desde joven, no creó a Spider-Man, su personaje más famoso, hasta que tuvo 40 años.
Julia Child: No fue hasta los 50 años que publicó su primer libro de cocina, convirtiéndose después en una figura icónica de la cocina estadounidense.
Ray Kroc: Aunque empezó en el mundo de los negocios a una edad temprana, no fue hasta que tenía 52 años cuando adquirió la cadena McDonald's y la transformó en un gigante mundial de la comida rápida.
Alan Rickman: Este talentoso actor no recibió su primer papel importante en el cine hasta que tuvo 42 años, en la película "Die Hard". Posteriormente, se convirtió en una figura querida por su papel como Severus Snape en la saga "Harry Potter".
Charles Darwin: Aunque siempre tuvo una inclinación hacia la naturaleza, no fue hasta los 50 años cuando publicó "El origen de las especies", el libro que cambiaría la forma en que vemos la evolución y la naturaleza.
Harland Sanders: Más conocido como “El Coronel Sanders” y fundador de KFC, comenzó a franquiciar su receta de pollo frito nada más y nada menos que ¡a los 65 años! Así que ya sabes, nunca es tarde para reinventarse y alcanzar el éxito
Para una organización, contratar a Late Bloomers es una oportunidad de oro.
Al mirar más allá de la edad y centrarse en las habilidades y la experiencia, se aseguran de obtener empleados con un bagaje que les ha hecho madurar personal y profesionalmente, y con una pasión difícil de encontrar en otros candidatos.
Por eso, es importante para los y las recruiters no descartar a personas simplemente por su edad, ni por la trayectoria de su currículum, sino poniendo el foco en el valor que pueden aportar.
Ni todos los caminos en la vida son lineales, ni todos seguimos el mismo ritmo.
Si eres un Late Bloomer, recuerda que nunca es tarde para seguir tu camino y hacer un cambio significativo en tu vida. Porque no se trata de cuándo empiezas, sino de lo que haces con el tiempo que tienes.
Así que, ya sea que hayas florecido temprano o tarde, lo importante es que lo hiciste a tu manera, y eso es lo que realmente importa.
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