Hay algunos perfiles profesionales que, dadas sus características, son muy complicados de encontrar. Ya sea porque la vacante requiere de una habilidad, conocimientos, experiencia y expertise muy elevada, porque el nicho de mercado es muy reducido o porque el perfil es altamente especializado, encontrar a la persona idónea puede parecer imposible. Es en estos casos cuando las empresas optan por contratar los servicios de un Headhunter.
El Headhunting es lo que en castellano conocemos como Cazatalentos. Son profesionales a la “caza” y búsqueda de perfiles de candidatos/as que, por cómo va a ser el puesto y las responsabilidades a asumir, no se podrían encontrar a través de un proceso de selección tradicional.
La principal diferencia está en que los Headhunters no publican anuncios, ni se dedican a cribar CV, básicamente, porque las personas que necesita ya están empleadas y no están en búsqueda activa.
Así, estos cazadores de talentos lo que hacen es ponerse en contacto directamente con los potenciales candidatos/as a través de un profundo escaneo del mercado, estudio de la competencia y trabajo de Networking.
Como ya hemos comentado, el Headhunting está especializado en la búsqueda de perfiles de características singulares que, normalmente, pertenecen a personas que van a ocupar un puesto en la dirección con un cuantioso sueldo: directivos/as, ejecutivos/as, mandos intermedios, etc., por eso, es común que al Headhunting también se le conozca con el nombre Executive Search.
Implícito a esta necesidad, contar con la colaboración de un Headhunter es esencial si lo que queremos es un proceso de búsqueda discreto.
Y es que, dada la posición de los potenciales candidatos/as, la confidencialidad es un básico. Son personas con cargos y responsabilidades que, en ocasiones, representan la cara visible de la compañía, por lo que despertar las sospechas de una posible desvinculación con la empresa podría ponerles un grave aprieto.
Pero la confidencialidad también aplica a las empresas que solicitan a los profesionales. Por ejemplo, cuando se inicia un nuevo proyecto y se quiere pasar inadvertido entre la competencia o el sector de actividad.
Dejando a un lado los cargos directivos, el Headhunting también es la mejor opción para ahorrar costes de tiempo cuando lo que necesitamos incorporar a la plantilla es un perfil muy especializado. Por ejemplo, científicos/as con conocimientos específicos en un campo o desarrolladores informáticos/as con experiencia en programas y lenguajes muy concretos.
Se trata de perfiles profesionales que no abundan en el mercado, por lo que dar con estas personas y, sobre todo, convencerlas para que cambien de compañía no es fácil si no se tienen los recursos y las habilidades necesarias con la que cuenta un Headhunter.
El proceso de búsqueda de un Headhunter se puede definir en la siguientes etapas:
Conocer al cliente y el perfil solicitado. El primer paso para un/a Headhunter es hablar con el cliente y conocer sus necesidades con el objetivo de obtener información acerca de las características del puesto vacante y del perfil profesional que demanda la empresa.
Seleccionar las fuentes de reclutamiento. Una vez elaborado el perfil, el headhunter utiliza distintos medios para dar con el talento adecuado. Estas fuentes pueden ser una base de datos propia, el uso de contactos o las RRSS especializadas como LinkedIn.
Contacto y negociación. Uno de los principales factores que marcan la diferencia de un proceso de Headhunting es que las potenciales candidaturas no están en búsqueda de empleo, son candidatos/as pasivos. Por lo que cuando se establece el contacto, las habilidades de negociación son fundamentales. Así pues, no basta con explicar el puesto, hay que convencer a la otra persona de que el nuevo proyecto que se le ofrece es una gran oportunidad de transformación y crecimiento, animándole a participar en el proceso de selección.
Preselección de candidatos/as. En este punto, el o la headhunter tiene la suficiente información como para elaborar una lista junto a un informe completo de las candidaturas que se han mostrado interesadas y mejor se adaptan al puesto.
Presentación y decisión final. Por último, se entrega el informe al cliente, quién realizará la última entrevista y, junto a los datos del informe, tomará la decisión final de contratación.
Los profesionales del Headhunting necesitan tener desarrolladas una serie de habilidades y capacidades concretas para poder ejercer su trabajo de forma eficaz. Te las listamos a continuación:
Conocimiento del mundo empresarial. Los headhunters deben tener experiencia y conocer cómo funciona una empresa por dentro a nivel general para poder encontrar el talento adecuado independientemente del nivel profesional o sector que demande el cliente.
Escucha activa. Es imperativo saber escuchar a los clientes, entender sus expectativas y estar siempre orientado hacia sus objetivos.
Originalidad. Para tener éxito en la búsqueda de candidatos pasivos, hay que saber aportar soluciones creativas, siendo necesario, en muchas ocasiones, pensar fuera de la caja.
Intuición y empatía. Un buen headhunter tiene la capacidad de saber escoger quién tiene la mejor capacidad para ocupar un puesto vacante.
Capacidad de negociación. Es necesario saber cómo presentar la propuesta del valor del cliente para alentar a los candidatos/as más reticentes a apuntarse al proceso de selección.
Discreción. Ya sea que el cliente no quiera ser identificado hasta la fase final, o que los candidatos quieran prudencia ante sus actuales empleadores, la seriedad y la discreción son un requisito fundamental en los procesos de headhunting.
El precio de contratar un servicio de Headhunting variará en función del tiempo, las garantías y la calidad de los candidatos/as aportados.
Además, también influyen factores como la dificultad del perfil a contratar y el nicho en el que se encuentran los candidatos/as.
Teniendo esto en cuenta, los honorarios de un/a headhunter, ya sea un profesional independiente o una consultora especializada, suele variar entre el 8% y el 15% del salario anual de la posición que se necesita cubrir.
Si bien es cierto que para algunas personas puede resultar un costo elevado, el valor de estos honorarios puede ser una gran inversión si el resultado final es satisfactorio y el headhunter es capaz de marcar la diferencia. Además, no hay que olvidar los costes que supone para una empresa contratar a la persona equivocada.
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Fuentes:
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