ÉTICA, CALIDAD Y PROFESIONALIDAD EN LA ATRACCIÓN DEL TALENTO

Hace no tanto, la entrevista de trabajo era un examen unilateral: la empresa preguntaba, el candidato respondía. ¿Quién eres? ¿Qué experiencia tienes? ¿Por qué quieres este puesto? Y listo.

Pero eso ya es historia.

Hoy, sobre todo si hablamos de la Generación Z, las tornas han cambiado. Ahora son ellos quienes también te están evaluando a ti, incluso antes de que crucen la puerta o enciendan la cámara de Zoom.


¿Sabes qué suele sabotear un proceso de selección mucho antes de que publiques la oferta o hables con un solo candidato o candidata? No es la entrevista. No es tu intuición. Ni siquiera es la oferta económica.

Lo que realmente compromete el éxito de muchos procesos ocurre mucho antes: en la forma de definir el puesto.



Acabas de encontrar al candidato perfecto. Su currículum brilla como una estrella, cada experiencia encaja perfectamente con lo que buscas, y su trayectoria parece sacada de un manual de recursos humanos. ¿Demasiado bueno? Algo en tu instinto te dice que revises dos veces.



Tu proceso de selección es una caja negra para el candidato y entender su perspectiva es una ventaja competitiva que puede ayudarte a afinar tus procesos, evitar malentendidos y atraer al mejor talento.



El reclutamiento ha cambiado drásticamente en los últimos años, y LinkedIn se ha convertido en una herramienta esencial para los equipos de talento y recursos humanos. Sin embargo, la mayoría de los profesionales en la plataforma no están buscando empleo activamente. Según datos de LinkedIn, alrededor del 70 % de los profesionales a nivel mundial son candidatos pasivos.


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