ÉTICA, CALIDAD Y PROFESIONALIDAD EN LA ATRACCIÓN DEL TALENTO

Desde primeros del año pasado, como la imprevisión de un tsunami, nos invade la ola descomunal de la Inteligencia Artificial, de noticia diaria y progresión exponencial. Como un gran desconocido penetra en nuestras casas y oficios, con una mayor rapidez que Internet en 1989. Pasados 35 años seguimos asombrándonos de lo que podemos llegar a hacer y, bajo un prisma crítico, de lo que somos capaces de seguir sin hacer, pasivos, aunque el mundo parece desvanecerse.


Desde la selección de talento hasta la gestión del rendimiento, la IA promete revolucionar la manera en que trabajamos con datos, automatizamos procesos y tomamos decisiones. 


Una cuestión recurrente en nuestra labor como evaluadores en el “arte de la entrevista” de selección, valoración del potencial o cualquier otro objetivo es encontrar sistemas alternativos o complementarios al sobradamente conocido y exitoso método del análisis por competencias, al que hemos de reconocerle grandes logros y las numerosas satisfacciones que nos ha dado. A nuestro juicio, en muchas ocasiones éste ya no nos da las garantías que nos ofrecía al haberse quedado inmóvil en un entorno que está cambiando de forma cuántica.


En los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha revolucionado muchas áreas industriales y una de ellas ha sido la de la gestión de personas. La IA está aquí para hacer nuestro trabajo de una manera más cómoda, rápida y eficiente.



Las empresas están en constante búsqueda de estrategias más eficientes para hallar al talento ideal, y las herramientas digitales se han convertido en aliados imprescindibles en este desafío. 

Pero, ¿cuál es su verdadero impacto? Vamos a descubrirlo.



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